Grupo de Química Atmosférica y Clima
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Trabajos recientes sobre yodo

(Fotografía de Andrea Baccarini)

La formación de aerosoles en la atmósfera es una de las incertidumbres más significativas en las simulaciones climáticas. Aunque se sabe desde hace 20 años que también los óxidos de yodo forman partículas en la baja atmósfera, la inclusión de este proceso en modelos químico-climáticos se ha visto impedida hasta ahora por el desconocimiento del mecanismo de conversión de gas en partícula.

En un artículo reciente (Nature Communications, 2020: https://www.nature.com/articles/s41467-020-18252-8) se ha desvelado por primera vez este mecanismo molecular que conecta las emisiones oceánicas de compuestos yodados y la formación de partículas atmosféricas. En un nuevo estudio publicado en Nature Communications (https://doi.org/10.1038/s41467-020-18551-0) se demuestra que la fuente de nuevo aerosol en el Ártico central son las emisiones de yodo desde el hielo. Desde las primeras medidas de aerosol en el Ártico en 1991, ésta es la primera vez que se revela la fuente de formación de nuevos aerosoles en el Ártico central. Los resultados no sólo ponen de manifiesto la gran capacidad del yodo para formar nuevas partículas, sino que demuestran que estas nuevas partículas crecen a núcleos de condensación de nubes, estableciendo así un nexo directo entre las emisiones de yodo, la formación de nubes y el clima Ártico.   Las observaciones fueron realizadas durante una expedición al Ártico central en 2018 (Microbiology-Ocean-Cloud-Coupling in the High Arctic, MOCCHA) a bordo del rompehielos sueco Oden. Estas primeras medidas serán confirmadas y ampliadas por las observaciones en marcha en la expedición MOSAiC (https://mosaic-expedition.org/), que está cercana a su conclusión.

Estos últimos datos resultado de experimentos de laboratorio y medidas de campo cobran un particular interés en el que contexto del incremento en la emisión global de yodo a la atmosfera, que se ha triplicado en los últimos 70 años como consecuencia de la contaminación por ozono antropogénico (Nature Communications en 2018, https://www.nature.com/articles/s41467-018-03756-1) y que se espera que este incremento continúe (Nature Climate Change 2020, https://www.nature.com/articles/s41558-019-0675-6) en el futuro. Por ello, cabe pensar que el papel de la formación de partículas yodadas y su contribución a la formación de nubes y por consiguiente al clima, puede tornarse más relevante en el futuro.

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